Cuando las clases están bien estructuradas y el ritmo se adapta a cada alumno o alumna en su máxima capacidad de concentración, conseguir el máximo aprovechamiento del tiempo es más fácil de lo que parece. Diversos estudios demuestran que la atención sostenida sólo puede mantenerse durante cortos períodos de tiempo que no superan los 15 minutos. Teniendo en cuenta esto, ninguna actividad que pretenda aprovechar al máximo el rendimiento del alumnado debería superar esa duración.
Todas las clases comienzan con la rutina de calentamiento quick questions que consiste en que el profesor o profesora hace preguntas al alumnado esperando una respuesta breve, tipo “yes, I do”, “no, she doesn’t”, “yes, we should”, “No, there isn’t”. Esta dinámica tiene como objetivo que el alumno o alumna interiorice el uso de auxiliares,y sea capaz de responder de forma automática como hace una persona nativa. En un símil automovilístico sería como aprender a cambiar de marcha como hacemos al conducir. Se trata de hacerlo sin pensar.
Las actividades de contenido temático o gramatical suelen consistir en una introducción al tema, donde se despierta la curiosidad del alumnado, se plantea el contexto o la necesidad de comunicación que genera la estructura gramatical que se va a trabajar. A continuación, se facilita un texto, un marco teórico o un mapa conceptual donde se detalla la temática, trabajamos preguntas de comprensión, ampliamos el campo semántico necesario para expresarse sobre esa temática, comprendemos la gramática con ejemplos que la contextualizan en la realidad donde tienen sentido… Seguidamente, el alumnado tiene la oportunidad de practicar las estructuras, utilizar el vocabulario recién adquirido dando sus opiniones sobre la temática trabajada, construyendo frases en situaciones contextualizadas… Lo ideal será que el alumnado ejercite las estructuras desde la intuición, como lo aprendió en su momento una persona nativa. En los primeros intentos cuesta, a medida que el alumnado progresa, aumenta su confianza en el sistema y en sus propias capacidades. Dependiendo del número de participantes y la dificultad o profundidad de estas actividades, podremos hacer una o dos actividades de este tipo en cada clase de treinta minutos.
Finalmente, a cinco minutos de finalizar la clase, realizamos una breve actividad de fonética o pronunciación donde en la mayor parte de los casos lamentablemente el alumnado deberá hacer un trabajo de desaprendizaje. No es fácil, desaprender que las consonantes no necesitan una vocal en la que apoyarse, que las cinco vocales no corresponden a cinco sonidos sino a más de veinte, que la entonación de una pregunta dice mucho de la intención de quien la formula, que la duración de los sonidos es fundamental, así como diferenciar la v de la b…Entender el lenguaje musical del inglés es nuestra asignatura pendiente en un país donde todo aprendizaje entra por la letra y nos enseñaron inglés como si fuera historia o geografía, como si fuera una lengua muerta. Un error cuyas consecuencias seguimos padeciendo aún hoy personas de todas las generaciones.
Antes de terminar la clase, el alumnado experimentado sabe que voy a hacerle una pregunta sobre los contenidos trabajados, sobre alguna duda que me ha planteado durante la clase. Por ejemplo, ahora voy a hacerte tres preguntas para ver si me has prestado atención en esta clase: ¿Cuántos minutos puede prestar atención continuada una persona? ¿Con qué símil automovilístico he comparado la dinámica de interiorización de las quick questions iniciales? ¿A cuántos sonidos corresponden las cinco vocales en inglés? Si has podido contestar a estas preguntas sin volver a mirar el texto significa que no necesitas tomar apuntes en nuestras clases, que lo que aprendas te lo vas a llevar puesto y que comprendes que si has aprendido a hablar en tu idioma sin estudiar, puedes hacerlo con cualquier otro.