Aquellos que ya habéis leído alguno de mis posts, ya sabéis que dediqué un número importante de años al servicio de mi país y que de aquellos años, he aprendido un sinfin de cosas que he aplicado a mi día a día de manera casi automática.
- La disciplina en el trabajo o el deporte (una vez que te acostumbras, no puedes prescindir de él)
- El compañerismo, la intención de ayudar a los demás si está en tus manos.
- Puntualidad, respeto, afán de superación...
- Y quizás el más importante para mí, la satisfacción del trabajo bien hecho.
Cuando comencé a enseñar inglés, supe de inmediato que todas estas cualidades harían de mí una mejor profesora.
Pero como en los diferentes sectores/campos en la vida, solo hay una cosa que hace que duermas como un bebé cada noche: saber que lo has hecho bien, que has cumplido, que has dado más de lo que incluso se esperaba de ti...En el ámbito militar, esto es a lo que nos referimos como la satisfacción del trabajo bien hecho.
La mayoría de alumnos con los que nos cruzamos tienen un objetivo claro a la hora de aprender un idioma: pasar una entrevista, aprobar un examen, o en el caso de los empleos militares, conseguir una promoción o plaza en una escala superior. Pero para mí, el objetivo más importante (aparte de hacer que estos se cumplan, evidentemente) es hacer que todos y cada uno de mis estudiantes, se sientan seguros en clase y disfruten de cada momento de su aprendizaje. Pero, ¿cómo podemos saber, nosotros los profesores, que lo estamos haciendo bien? Por cosas como estas:
Un docente, como muchos otros profesionales, debe reciclarse y estar en continua formación para poder así descartar métodos obsoletos que se han probado inútiles, así como hacer uso de nuevas tecnologías y metodologías que le ayuden a ser más eficiente y a progresar junto con sus alumnos.
Yo puedo ver y detectar cada avance y cada necesidad de todos y cada uno de mis "chic@s" y gracias a ellos, ahora también puedo ver los míos.
Thank you for letting me know that I am on the right track!!!