Se ha hablado, escrito, debatido y analizado mucho sobre este tema y con el post de hoy no pretendo dar una respuesta absoluta , tan solo exponer mi punto de vista al respecto.
¿Que hace que una persona enseñe mejor que otra?
¿Porque algunos profesores son adorados y otros odiados?
¿Porque unos son respetados y otros no?
Hay muchos factores a tener en cuenta y todo suma por supuesto. Conocimiento del medio, conocimiento de la materia, pasión, energía, capacidad de reacción, empatía, capacidad de liderazgo, paciencia, y un largo etc.
En mi opinión hay dos factores que son clave: Empatía y Sencillez.
-La importancia de tener empatía y entender al alumno es para mí algo básico y necesario, poder captar su estado de ánimo dependiendo del día, si en un momento determinado se está aburriendo y necesita motivación, si un tema en concreto es inadecuado para él. Poder captar todas estas cosas y poder actuar en consecuencia mejoran la calidad de la enseñanza. Hace que el alumno se sienta tranquilo, entretenido y comprendido. En definitiva, que está a gusto. Y para mí eso es media batalla ganada, un alumno que se siente cómodo en su propia piel va a disfrutar del proceso de aprendizaje y a interiorizarlo mucho mejor, casi sin darse cuenta.
-Que quiero decir con sencillez, pues bien, a mi entender, muchas veces menos es más. En lugar de dar una larga hora de explicación sobre el tema y que el alumno diga “vale, esto es así porque es así” porque no introducir el tema de forma realista y útil, para que vean como puede ser aplicado. Una vez vistas las posibilidades se puede pasar al desarrollo pero sin aburrir ni machacar. Y si a un alumno le cuesta algo en concreto pues mejor parar y volver en otro momento.
Este concepto que yo llamo “sencillez” me lo descubrió una profesora maravillosa que tuve, era profesora de historia, todos sabemos lo pesado y aburrido que puede llegar a ser una clase de historia. Pero con ella era diferente, esperábamos con ganas la siguiente clase y era porque nos daba historia como si fuera un amigo contándonos el último episodio de Juego de Tronos. Usaba un lenguaje sencillo y coloquial para referirse a los hechos y le quitaba importancia a las fechas, para ella era preferible que supiéramos que había pasado y porqué, que cuando y donde.¿ Pero al final que ocurría? Que uno mismo quería saber la fecha para entender mejor todo.
Por lo tanto, si enseñamos de la forma más sencilla posible y divertida así como prestando atención al estado del alumno podemos conseguir unas clases muy provechosas y útiles a la par que entretenidas.
Os invito a probar una clase gratuita y poder comprobar la efectividad de este sistema.