“Hace algún tiempo que se vaticinaban cambios en la enseñanza de idiomas, y el coronavirus no ha hecho más que acelerar un proceso sentenciado”,
razona Jonatan Buxeda, fundador de la aplicación para profesores Oxinity.
A estas alturas ya no es noticia remarcar que muchas ➜ academias de idiomas han tenido que reinventarse para sobrevivir. Muchas excepto Oxinity, gracias a su insight de apostar por la tecnología como eje de su modelo educativo. Así lo vio de forma clara e intuitiva el fundador de esta organización.
La mayoría de centros presenciales han tenido que adaptarse de forma impetuosa (y posiblemente improvisada) a lo que el mercado actual demanda, aunando herramientas diversas: plataformas de teleconferencia, mecanismos de gestión de entregas y control de asistencia, así como otros instrumentos para hacer de las clases una experiencia lúdica y entretenida.
Pero Oxinity ya se había adelantado previamente, creando un sistema con modelo educativo propio, apoyándose completamente en la tecnología y la digitalización. Inicialmente se ofrecían las clases in situ, pero usando ya su propia plataforma. Por lo tanto, para Oxinity, el salto a la docencia virtual no ha significado más que insertar un mecanismo de videoconferencia y poder mimetizar las clases en vivo, garantizando así la presencia del profesor a tiempo real.
En esta plataforma todo el instrumental necesario está integrado en un mismo conjunto híbrido. Por un lado, para el profesorado: selección y manejo de actividades; dispositivo de teleconferencia y chat a tiempo real, control de asistencia y registro del progreso del alumno. Por otro, para los estudiantes, quienes participan mediante su propia interfaz y en la cual pueden reservar sus clases libremente de forma 100% flexible, acceder a ejercicios complementarios o al juego gratuito disponible. También pueden beneficiarse de descuentos adicionales invitando a amigos, familiares y conocidos.
Según Buxeda,
“Regresar hoy a las clases presenciales es prácticamente imposible. Los padres dicen que aunque existiera la posibilidad de volver atrás no volverían a la presencialidad.”
Los centros de estudios presenciales seguían modelos de ➜ enseñanza de inglés tan lejanos como los años 60, que, a día de hoy, podrían considerarse obsoletos dada la obvia existencia de un incuestionable giro en el mapa social actual. La posibilidad de poder teletrabajar o estudiar de forma remota demanda unas infraestructuras y unas comunicaciones a la par. Oxinity es pionero en el sector de la docencia telemática, pues ofrece un sistema completamente independiente e íntegro. El dispositivo de videoconferencia es estable y no requiere de terceros (Zoom, JitsiMeet o Google Meet son los más populares) y se complementa perfectamente con el uso de macrodatos (Big Data) para evaluar no sólo el progreso de los alumnos, sino la calidad de los materiales. A más a más, favorece que dichos materiales sean clasificados tanto por niveles como por categorías (pronunciation, vocabulary, grammar y topics). Añadir que la instrucción tradicional no ha tenido en cuenta ni la evolución ni los cambios sociales en cuanto a la digitalización en las comunicaciones. La nueva sociedad post-contemporánea requiere que profesionales de todos los sectores dominen todo tipo de herramientas en línea así como la interconexión entre ellas, subidas y descargas a las “nubes”, aplicaciones, podcasting, creación audiovisual, y un largo etcétera.
“Aquí termina la nostalgia de las academias tradicionales. El sistema conoce lo que ya sabes y lo que no y te lo irá recordando. Construyendo con las piezas necesarias, terminas más rápido. Todo está planificado: 160 estructuras y 3.000 palabras en dos años y todas las clases que te daré las tienes en la aplicación.”
Esto es lo que no ha ocurrido en otras escuelas de idioma como International House por ejemplo. Esta longeva y mundialmente reconocida institución no previó ningún tipo de formación de docencia virtual en sus cursos dirigidos a ➜ profesores de inglés. No ha sido hasta casi llegar a su total clausura, que empezó a ofrecer un nuevo módulo complementario al respecto.
Otro problema fue el número de bajas en las ➜ academias de inglés que sí pudieron dar el salto del formato presencial al online. Los grupos suelen requerir un número mínimo de alumnos, y en algunos casos hubo que unificarlos en pelotones dispares y heterogéneos. Este aspecto no supuso obstáculo alguno para Oxinity dado que en esta ➜ academia virtual de idiomas no se requiere un número mínimo de estudiantes para abrir una franja horaria.
“La flexibilidad que ofrece la enseñanza en línea es demoledora.”
Gracias al uso de la tecnología, y junto a una amplia comunidad de ➜ profesores de idiomas, todos los horarios son cubiertos y los grupos no requieren un mínimo sino máximo: tres. Tres alumnos por clase favorece una triple atención para cada uno, en comparación con el formato in situ en las que pueden llegar a haber 15 estudiantes.
En Oxinity somos acérrimos defensores de la tecnología. Sabemos que, bien usada, puede dinamizar el proceso en el aprendizaje de idiomas. La tecnología realza que los profesores puedan enseñar al máximo y que la formación sea óptima. Es de este modo que hacemos que nuestras clases sean efectivas y significativas y que se excluya todo lo que no sea puramente docencia.
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