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Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.
Robert Frost, The Road Not Taken
Es imposible no aprender inglés. No hay nadie que no haya aprendido al menos un idioma, el materno. ¿Por qué entonces se dan casos, demasiados, de personas que tardan más de 10 años en aprender una segunda lengua?
Hay dos caminos que conducen al aprendizaje pero sólo uno es el corto. Y el fácil.
Se tardará más o se tardará menos en aprender el inglés si ordenamos los elementos de una de las dos formas:
¿EN QUÉ CONSISTE? - enfocar el aprendizaje de un idioma desde la escritura
¿POR QUÉ SE PRODUCE? - cuando aprobar un examen o sacarse un título se convierte en un fin en sí mismo, todo el proceso de enseñanza va enfocado a superar por medios escritos dicho examen o título.
¿A DÓNDE LLEVA? - a memorizar sin entender, a pronunciar aplicando la fonética de la propia lengua en vez de la del inglés y a no entender o ser entendido. En estos casos la comprensión auditiva es deficiente y la expresión oral a veces inexistente.
¿POR QUÉ FALLA? - El tipo de evidencia que le pedimos al alumno determina cómo éste va a estudiar o aprender. Si le pidiéramos una evidencia real, le haríamos una entrevista en inglés y veríamos si entiende y se hace entender, si posee las competencias necesarias para formular mensajes de manera oral. Sin embargo, al basar nuestras evidencias en el “papel”, nos dejamos toda la parte viva de la lengua y nos enfocamos tan sólo en dos de las destrezas: leer y escribir.
Así, un alumno no se ve motivado a hablar y con esto no se aprende una lengua ni en 14 años, ni en 24.
¿EN QUÉ CONSISTE? - Entender y respetar el orden natural de adquisición de las lenguas y estructurar el aprendizaje de tal manera que una competencia lleve de manera natural y fluida a la otra. Es decir, hacer que el alumno escuche mucho en versión original y provocando que produzca lenguaje oral: primero imitando y después en respuesta a nuestras preguntas. Y ya por último, guiándolo hacia la lectura y la escritura.
¿POR QUÉ SE PRODUCE? - estamos programados para aprender. Pero no si empezamos con el útlimo elemento de las competencias en primer lugar. Escribir sin entender lo que se escribe no tiene sentido. Por eso es bueno sentar unas buenas bases de comprensión y expresión oral antes de ayudar al alumno a escribir.
¿A DÓNDE LLEVA? - a una adquisición natural y muy rápida, sin darnos cuenta casi, pero con evidencias palpables pasadas en un constante chequeo de las competencias adquiridas.
¿POR QUÉ TRIUNFA? - porque si nos escuchamos hablar, nos permitimos aprender. Y cada vez vamos aumentando nuestro nivel de expresión a través de fórmulas que activan una u otra función del lenguaje. Después de saber formular una idea o pensamiento oralmente, es mucho más fácil hacer lo mismo por escrito.
El aprendizaje ocurre, pase lo que pase. Hemos aprendido a hablar nuestra lengua materna con nuestros padres, que no eran profesores titulados. Aprender con y aprendemos sin profesor, porque estamos programados a aprender. Incluso con un mal profesor aprenderemos también.
Aunque no hay malos profesores, hay malos sistemas.
Si cambiamos nuestro enfoque, si optamos por un sistema que permita el aprendizaje natural, ofreceremos una experiencia totalmente diferente.
No queramos empezar la casa por el tejado. O, como dicen los ingleses, no pongamos carro delante de los caballos. Tal vez llegues a tu destino, pero tardarás mucho más y te costará una barbaridad.
Podemos comenzar la casa por el tejado. Podemos decidir que mediante la escritura vamos a empezar a hablar una lengua.
O,
Podemos emprender el aprendizaje de la lengua por el orden natural, es decir primero escuchando, después imitando, luego entendiendo y hablando, a continuación leyendo y tan sólo después escribiendo.
Decenas de años de escuela tradicional se han encargado de hacernos creer que hay que usar la escritura para aprender a hablar una lengua. Pero este enfoque sólo alarga el camino.
Tomar el camino natural marca toda la diferencia.
Two roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;
Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,
And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.
I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.