Llega el 17 de marzo y todos nos ponemos en alerta: me suena… ¿de qué? ¿es el cumpleaños de alguien y no lo recuerdo?
No es eso, se trata del día de San Patricio, santo patrón de Irlanda y en el que todos nos encontramos en la taberna irlandesa más próxima, pero ¿sabemos exactamente qué celebramos?
Se ha convertido en una fiesta a nivel internacional debido en gran medida a la diáspora irlandesa que les ha llevado a ocupar pacíficamente medio mundo. San Patricio fue un religioso cristiano nacido a finales del siglo IV en algún punto de la parte occidental de la isla de Britannia, que por aquel entonces estaba siendo abandonada definitivamente por los romanos. El lugar exacto de su nacimiento aún sigue indeterminado ante la imposibilidad de situar el nombre de su pueblo natal (Banauem Taberniae) que él mismo nos da en su Confessio, una de las dos obras escritas que nos ha dejado.
Este hijo de un funcionario civil romano llamado Calpurnius y nieto de un sacerdote llamado Potitus (sí, Potito) fue capturado por piratas irlandeses en una de las múltiples incursiones que solían llevar a cabo cuando contaba 16 años (hacia el año 406 según la mayoría de fuentes). Vendido como esclavo en Irlanda, pasó 6 años apacentando rebaños y rumiando su falta de fe, aunque finalmente terminó escuchando a Dios y haciéndole caso; gracias a la intercesión divina tuvo un sueño en el que se le indicaba que había una nave esperándole. Y encontró la embarcación, que le trasladó hasta lo que parece ser la Galia, y desde donde pudo más tarde regresar a su hogar en Britannia.
No pasó mucho tiempo hasta que oyera de nuevo la llamada de Dios instándole a que volviera a Irlanda, ya ordenado obispo, a evangelizar a aquellos bárbaros insensatos. Se le presentó de nuevo en forma de un sueño en el que le entregaban una carta en la que se le suplicaba que volviera a la isla a convertir a los irlandeses en buenos cristianos. Sus padres no estaban para nada de acuerdo, recordemos que Calpurnius era un alto funcionario de la época romana y probablemente esperaría, en ese clima de inestabilidad, que Patricio permaneciera en sus dominios y fuera su heredero.
Decidido a escuchar la llamada, dejó atrás a su familia y volvió a la isla en la que había sufrido cautiverio a predicar el Evangelio con mucho éxito. Supo introducir la doctrina cristiana con firmeza, pero sin confrontarla directamente con el paganismo imperante. Se le atribuyen milagros como haber expulsado a las serpientes de la isla (cierto es que no hay serpientes, pero la explicación es bastante más simple y anterior en el tiempo) y es conocido por haber explicado la Trinidad apoyándose en un trébol, que tanto abundan en la isla, para representar la tríada divina (tres hojas que salen de un mismo tallo). Escribió la Epístola a los soldados de Corótico en la que condena una incursión llevada a cabo por este rey de Dumbarton en la que hizo muchos cautivos entre los cristianos de Patricio, haciendo hincapié en la ignominiosa captura de las vírgenes de Cristo para esclavizarlas y llamándoles diablos por su comportamiento. Es fácil imaginar que esta carta, si alguna vez tuvo noticia de ella, no conmovería ni lo más mínimo a aquel guerrero también cristiano, aunque solamente de nombre.
San Patricio murió de vejez un 17 de marzo de finales del siglo V, tras haber convertido a muchísimos cristianos, haber hecho frente a acusaciones tanto de corrupción, como de no haber sido capturado, diciendo los clérigos británicos que le acusaban que en realidad había decidido huir para eludir sus responsabilidades deliberadamente (a todo ello responde en su Confessio). Dejó tras de sí una estela de bondad, abnegación, escuelas, iglesias y una gran dosis de sacrificio personal, pues nunca dejó de querer volver a su tierra natal. Ya en el siglo VII fue considerado por Muirchù, su “biógrafo” oficial, como santo y patrón de Irlanda.
https://es.scribd.com/document/30718761/Episola-a-Los-Soldados-de-Corotico-San-Patricio
https://es.scribd.com/doc/27447445/San-Patricio-Confesion
El origen de la fiesta es, obviamente, católico, aunque el 17 de marzo fue designado por el Gobierno Británico por primera vez como festivo oficial (bank holiday) en el año 1903 para el territorio irlandés. En un primer momento, un mandato ordenaba cerrar las tabernas el 17 de marzo, pero durante los años setenta se revocó, afortunadamente.
El primer desfile secular celebrando todo lo irlandés y teniendo como centro el día de San Patricio se celebró en Boston en el año 1737, seguido del de Nueva York en 1762. El primer desfile realizado en Dublín tal y como lo conocemos hoy, tuvo lugar en 1931.
Aunque el color verde es el símbolo de la fiesta y del país, en realidad el color de Irlanda antes de la revolución de 1798 era el azul; esto cambió rápidamente por asociación con sus verdes campos, en recuerdo de los tréboles y del verdor de la Isla Esmeralda.
Como curiosidad, el báculo del santo, que es uno de sus más conocidos símbolos, estuvo identificado y expuesto para deleite de los fieles hasta el año 1538 en la Christ Church Cathedral de Dublín, año en el que el obispo protestante George Browne decidió quemarlo públicamente para que hoy podamos finalizar nuestros pequeños artículos con un dato curioso y chocante.
Ahora ya sabemos qué es lo que celebran, cómo lo celebran y el sentido de las tan arraigadas y divertidas tradiciones irlandesas.
¿Te animas este año?