Aprender inglés no es tarea fácil. La verdad es que, a medida que voy acumulando años enseñando, cada vez entiendo más la complejidad que supone para mis alumnos. A diario hablo con dos o tres personas que me dicen exactamente lo mismo:
Oxinity propone un sistema diferente pero completamente a contracorriente, antiacadémico y con el que se puede aprender inglés más rápido. Es cierto que causa cierta desconfianza, pues difiere mucho de los métodos conocidos con los que están familiarizadas la mayoría de personas: instituciones, años académicos, adquisición de niveles marcados por libros, superación de exámenes junto a diplomas y acreditaciones. O bien, por otro lado, trabajar con un profesor particular que nos ayudará, de forma más o menos amena, a completar alguno de esos libros teóricos.
→ En Oxinity no hay libros, no hay exámenes, ni deberes, ni ejercicios, ni teoría gramatical, el inglés se enseña como algo vívido y orgánico. Cosa que asusta. Pero entonces ¿cómo puede ser tan efectivo este método? Es una apuesta diferente a cualquier otra, con infinidad de matices que cumplen con un solo objetivo: que los alumnos aprendan más y mejor. Por extraño que parezca, todo lo planteado en esta metodología cumple con una función específica, nada es gratuito y todo encaja en su sitio.
La rotación de profesores (entre otros) es lo que aporta la calidad de este sistema y voy a intentar explicarlo lo mejor posible mediante → estos primeros cuatro puntos:
1. Aprendizaje natural
→ Todos aprendimos nuestra lengua materna de forma “natural” . Es decir, nunca tuvimos que estudiar, ni “poner codos”, ni coger un libro, y todavía menos estudiar gramática. Sencillamente, estuvimos expuestos al idioma; es decir que oímos, escuchamos, asimilamos y mimetizamos. Y de este modo aprendimos a hablar: → escuchando a infinidad de interlocutores.
Un niño de siete u ocho años no podrá explicarnos nada sobre estructuras gramaticales pero, en cambio, será capaz de expresar sus ideas perfectamente. Este es el enfoque que toma Oxinity a la hora de enseñar idiomas: exponer a sus alumnos al idioma, fijarse en cómo están ordenadas sus partes y copiarlas. No hay problema en copiar las formas sin saber explicarlas, pues la finalidad es saber usar la lengua y saber hablar, no diseminar sus tecnicismos.
2. Formación asincrónica
El problema en las academias (y escuelas) es que se pretende que todos los alumnos avancen al mismo ritmo. Se prepara y se espera lo mismo de cada uno de ellos, cuando, en realidad, este es un procedimiento anti-natural. → Cada estudiante avanza a ritmos distintos y el problema radica precisamente aquí: no todos están preparados para los mismos retos en un mismo día concreto. Con lo cual, se expone a algunos alumnos a contenidos para los cuales no están todavía preparados. Como veremos, el método pedagógico de Oxinity es asincrónico gracias al → uso de Big Data, pudiendo personalizar los materiales para cada participante, y evitar así posibles bloqueos y que el arrastre de errores básicos.
3. Método conversacional
→ A hablar se aprende hablando. Como les pasa a estas personas que me llaman: un método basado en rellenar fichas, realizar ejercicios repetitivos y superar exámenes es una pérdida (o ralentización) de tiempo. Una clase no debería emplearse para esto; las sesiones con profesor deberían destinarse a conversar el máximo posible. En Oxinity se trabaja con ejercicios, obviamente, pero se resuelven de forma oral, hablando, y no en silencio mientras completamos un libro. Pagar a un profesor para realizar ejercicios teóricos es una pérdida de tiempo (y de dinero).
4. Clases de 30’
Uno de los aspectos que más sorprende a la gente es el formato de clases de 30 minutos. Es una unidad de tiempo donde → nuestra atención se mantiene en lo más alto. Alargar este tiempo supone una disminución en cuanto a centramiento y concentración, con lo cual, nuestra capacidad de aprendizaje se ve reducida. En Oxinity se trabaja con la macro-estimulación, y eso cansa. No se trata de una clase tradicional donde el profesor pregunta al alumno cómo le ha ido el fin de semana con el fin de crear una zona de confort para que el alumno se sienta seguro. Muy probablemente el alumno ya sepa explicar cómo fue su fin de semana, con lo cual no hace falta que lo repita. En una clase se va a aprender cosas nuevas, no a perder el tiempo repitiendo lo que uno ya sabe.
Lo que ocurre con el método de Oxinity es que se trabaja con un → ritmo activo y muy intenso. Pues cuando uno se tenga que enfrentar a una situación real usando su inglés, esa será precisamente la dinámica en la que se encontrará. → Intentamos mimetizar la vida real donde no hay libros, ni profesores a nuestro lado, ni nadie que nos cree esos entornos artificiales de confort y seguridad. En nuestros viajes, o en nuestras reuniones con socios o clientes extranjeros, muy posiblemente estaremos solos, y deberemos saber reaccionar y tener el oído, probablemente → con múltiples interlocutores. Por este motivo, en las clases intentamos recrear el día a día, fuera de un ámbito académico y protegido.
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