Vives en Madrid y necesitas aprender inglés. La oferta es tan amplia que cuesta elegir el mejor método para ti. Buscas resultados acelerados, clases prácticas, pero a la vez baratas, calidad del profesorado, flexibilidad y versatilidad.
Para ayudarte en tu decisión, te damos algunas pistas para que aciertes en tu elección.
Aunque la oferta es muy variada, hemos reducido nuestra selección a 5 escuelas, a las que analizamos en cuanto metodología, resultados, puntos fuertes y posibles dudas.
En general las ofertas se centran en dos grandes líneas:
La inmensa mayoría de las academias de inglés tradicionales, tanto para niños, como para adultos, sean presenciales o por videoconferencia, desarrollan un modelo donde todo depende del profesor que nos toca.
El gran y a veces único reclamo en estos modelos es la procedencia del profesor. El lugar de nacimiento, “nativo”/”no nativo” se identifica con “bueno”/”menos bueno”, un criterio a todas luces injusto y discriminatorio y que sitúa automáticamente al profesor no nativo en desventaja por muy capacitado que sea.
La habilidad del profesor (o su ausencia) es el único parámetro para asegurar la calidad, a falta de criterios sólidos que la garanticen.
Para estos modelos el profesor es mero coste, necesario pero recortable, y por consiguiente lo hacen muy vulnerable a la coyuntura del mercado.
El profesor no tiene ningún estímulo ni aliciente para desarrollar su labor con calidad, más allá de su profesionalidad, y no recibe soporte alguno para sus clases.
El alumno queda tremendamente expuesto a la buena voluntad de éste y el único resorte por parte de la academia en caso de mala calidad es dejar de contar con este profesor.
El cambio de paradigma en educación provocado por la irrupción de la tecnología se resiste en llegar. Tan sólo una minoría de sistemas ponen sus miras en el profesor como valor a cuidar y empoderar con nuevas fórmulas tecnológicas de optimización de resultados.
Oxinity se desmarca del resto y propone un modelo que cuida a los profesores y se preocupa por su formación, crecimiento profesional y que les proporciona un modelo económico que les permite aumentar su precio/hora de manera exponencial sin aumentar el precio al usuario final.
Lo más común, desde el punto de vista del alumno, es preguntar por el precio de las clases e intentar conseguir la mejor oferta calidad/precio. Nuestro bolsillo manda y tiene la última palabra, siempre y cuando nos tranquilicen con los tópicos de “profesor nativo” y “certificados de exámenes oficiales”.
Casi nadie se interesa por las condiciones de los profesores, de si están bien cuidados, si reciben el apoyo necesario para asegurar buenas clases.
La pregunta de cómo se trata a los profesores brilla por su ausencia. Y esto es un error tremendo, habida cuenta de que cuanto mejor considerado sea un profesor dentro de un sistema, mejores resultados se garantizan a sus alumnos.
En educación ni lo caro es sinónimo de buena calidad, ni lo barato resulta la mejor de las decisiones. ¿Cómo podemos saber si lo que pagamos lo vale o estamos tirando el dinero?
Imaginemos que pagamos una módica cantidad cada mes para ir a la academia. Para muchas familias este dato suele ser determinante a la hora de decantarse por una escuela. Pocos se preguntan durante cuántos años tienen que abonar esta cantidad.
Si pagas 60 euros al mes durante una media de 12 años, habrás gastado más de 8.600 euros en clases y habrás llegado al 60% de tus posibilidades por el modelo de aprendizaje al que te han expuesto.
Oxinity es pionera en aplicar tecnología para acortar estos plazos y acelerar por 4 el aprendizaje. En 3 años te sitúan al nivel C1 con una preparación excelente para hacer frente a cualquier situación comunicativa y te habrá costado un poco más de 2.800 euros.
El ahorro de dinero es de más de 5.700 euros y el tiempo ahorrado es de 9 años de estudio menos que en una academia tradicional.
Si realmente queremos ahorrar, hagámoslo aprovechando la oferta de optimización de las mejores escuelas que proporcionan cursos intensivos o de aceleración de resultados concentrados en el tiempo.
Con esta oferta de cursos podemos ahorrar hasta un 20% de la inversión en aprendizaje, sin renunciar a la calidad a la que estamos acostumbrados.
Por último, es muy importante darnos cuenta de cómo optimizan las diferentes escuelas de inglés tu tiempo y dinero, según el formato de la clase.
En clases superpobladas de 8, 10 o 12 alumnos con mucha práctica pasiva de ejercicios de listening, rellenar huecos en blanco, leer y subrayar palabras desconocidas, el tiempo dedicado a la práctica activa del inglés es mínimo. Estás escribiendo o escuchando, pero no estás hablando.
¿De qué alternativas dispones? Si quitamos de la clase todo lo que no es práctica activa y lo ponemos en una app para seguir aprendiendo, podemos ofrecer un formato de clase híper dinámico y en el que el alumno aprovecha cada minuto para practicar inglés con una variedad de profesores.
Desde Oxinity, por ejemplo, nos aseguran una optimización del tiempo de habla activa y nos proponen practicar con profesores de todo el mundo para habituarnos a una gran variedad de acentos. Por supuesto, un enfoque así es posible sólo por videoconferencia, con una gran flexibilidad de horarios y profesores y gran diversificación e individualización de los contenidos.
Por último, pero no en último lugar, tengamos claro que el éxito de nuestra elección de academia de inglés se basará en los resultados obtenidos.
Si te han vendido un certificado, si te has pasado 12 años estudiando inglés, si te has comprado el enésimo libro de texto y si sabes rellenar ejercicios de huecos en blanco, pero no entiendes una película en versión original, sentimos darte malas noticias: has perdido el tiempo, has tirado el dinero y tal vez hasta pienses que no se te da bien el inglés.
Para ti tenemos una solución y una recomendación: cambia y prueba lo que nunca antes te han contado. Puede que, ahora sí, veas que hay una manera diferente de aprender sin que hipoteques tu futuro, pero sacando el mejor rendimiento a tu tiempo e inversión.