A estas alturas nadie duda que vivimos completamente inmersos en un entorno científico-técnico, el cual es aplicable a todos los ámbitos. En los últimos 20 años se han visto grandes avances en el mundo de la ciencia o de la medicina por ejemplo. Y ahora, en la actual crisis del Covid, prácticamente todo docente ha tenido la necesidad de adaptarse a este cosmos tecnológico post-contemporáneo. Es un claro ejemplo de lo que ha supuesto el tándem Covid + tecnología: un cóctel perfecto para reinventarse y que algunos sectores y entidades han sabido aprovechar. ➜ Oxinity, plataforma virtual de formación de idiomas, es uno de estos casos.
Clases particulares de inglés tradicionales
Previo al confinamiento, el cuerpo docente de Oxinity ofrecía clases particulares de idiomas de forma presencial (one-to-one) usando cualquier material disponible, a menudo generado por ellos mismos (por cierto, ardua y costosa tarea para quien desconozca este terreno). Los profesores avanzaban de forma profesional pero intuitiva, intentando averiguar con exactitud qué necesitaba cada estudiante. Desde Oxinity se empezó a reflexionar sobre cuáles y cuántas actividades podrían realizarse en una sola sesión (solían ser no más de dos). A lo cual se propuso realizar 6 actividades por hora. ¡¿Seis?! Para los profesores esto era una locura impensable.
El procedimiento usado tradicionalmente por la mayoría de ➜ profesores de idiomas (el cual defendían todos los docentes) se basa en detenerse abruptamente para insistir y enfatizar en cualquier necesidad idiomática que surja, ya sea comprensión, gramática, vocabulario o pronunciación entre otros. Se trata de ir paso a paso: sólo se avanza bajo la condición de haber adquirido el contenido previo. Pero procediendo así, pudimos apreciar una notable ralentización en cuanto al progreso de los alumnos. Por otro lado, el tiempo invertido en el periodo de clase no era significativamente productivo para ellos.
Clases particulares de inglés online
Lo que ocurrió a continuación fue una sorpresa para todos. Se iniciaron las open-web-class: sesiones muy dinámicas de sólo 30 minutos de duración, con un máximo de tres personas y con horarios completamente flexibles. Con lo cual los alumnos tenían al alcance infinidad de profesores, de regiones dispares, acentos distintos y métodos diversos. Digitalizamos y almacenamos el progreso de cada estudiante, pudiendo conocer de primera mano lo que sabían y de lo que carecían, de manera que los algoritmos desarrollados detectaban sus necesidades de forma exacta y proporcionaban material adecuado a su requerimiento y nivel. La táctica cambió. Ahora es el sistema quien marca y pauta lo que el alumno necesita, y cuando un profesor llega a su clase virtual, no tiene otra opción que enseñar el material facilitado, que, a su vez, es el preciso y adecuado para ese alumno particular. En paralelo, todos los materiales son calificados por los docentes quienes los usan, y quienes pueden optimizarlos, completarlos y mejorarlos, así como puntuarlos como aptos o no aptos. Estos últimos son revisados y debidamente reelaborados, o bien retirados. Lo que ha ocurrido es que los profesores se han visto liberados de la machacante tarea de adecuar contenido y adaptar materiales. Con lo cual sus esfuerzos y energías se enfocan en el alumno y su aprendizaje. El material se les es facilitado y el diseño de las actividades tienen objetivos claros e hitos mejor definidos y acotados.
Oxinity: aprendizaje de idiomas acelerado
La consecuencia ha sido un notable progreso acelerado. Al analizar los datos vemos que hay una clara correlación entre lo que ocurre en el aula virtual con lo que el alumno realiza por su cuenta mediante los juegos y la app complementaria. Es la clara señal de que el alumno ha sido capaz de consolidar el contenido de forma eficaz y más rápida, y ya no requiere sólo del profesor para corroborarlo sino que puede validarlo por sí mismo. Es obvio que cualquier estudiante de un idioma extranjero siempre necesitará practicar más y dedicar más tiempo del que dispone. Jamás será suficiente con una o dos horas semanales, de la misma manera que el mero uso de una app o una web tampoco serán nunca suficientes. Pero si tomamos las métricas de los datos que sí pueden analizarse, vemos que la ganancia por parte del alumno es mayor.
Para terminar, en el caso de ➜ Oxinity como escuela virtual de idiomas, cabe mencionar que su éxito también está basado en la metodología de estudio aplicada. La técnica de Oxbridge se asienta en el sistema PPP: Presentar, Practicar y Producir. No se estudian estructuras gramaticales ni se memorizan reglas lingüísticas, sino que sencillamente se enseña a usar la lengua, a hablar. Se trata de aprender a hablar hablando, tal como se aprende a cocinar cocinando.
Y es así como Oxinity usa Big Data y aplica Inteligencia Artificial para garantizar al alumno lo que necesita aprender, usando materiales actualizados y de calidad y mediante una metodología completamente práctica. Estos son los elementos que han llevado a Oxinity a ser un caso éxito.
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