Trabajé durante cuatro años enseñando a niños, adolescentes y a adultos en una academia, de forma presencial. Trabajaba “en vivo” en mi aula, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Viví la pandemia y el traspaso de las clases presenciales a las remotas y todas las dificultades que eso supuso. Pero tuve la gran suerte que en la institución en la que trabajaba nos preparamos bien y escogimos plataforma y sistema de videoconferencia adecuados. Por consiguiente, las clases se reanudaron el lunes 16 de Marzo de 2020 y transcurrieron prácticamente igual. Prácticamente. Mantuvimos los mismos horarios, los mismos grupos y los mismos procesos. Sólo que nos veíamos a través de una pantalla. Algunas cosas cambiaron, por supuesto, pero como me dijo una buena amiga, maestra en un colegio, “Georgina, no estáis enseñando online. El formato de videoconferencia es semi-presencial”.
En la actualidad doy clases particulares de forma exclusivamente remota mediante un sistema de formación de idiomas a través de videoconferencia a tiempo real. Hace ocho meses que me encuentro con personas que dudan intensamente del formato online. Por un lado no me sorprende, pues el ser humano suele resistirse al cambio. Pero por otro me decepciona un poco, pues he podido comprobar por mí misma que, en cuanto a resultados se refiere, ambos formatos, online y presencial, son exactamente iguales. Aplicado a clases particulares (o de grupos reducidos de hasta 8 alumnos), pues se puede considerar imposible enseñar vía videoconferencia a un grupo de 30 niños o adolescentes.
Ofrecer clases online es un formato óptimo para clases particulares dado que la atención es personalizada; se trata pues de una cercanía entre profesor y alumno exactamente igual al formato presencial.
Ventajas
Tienen muchas ventajas tanto para el profesor como para el alumno. La mayor ventaja es que ofrece comodidad y flexibilidad dado que tanto el estudiante como el docente pueden escoger el horario libremente y pueden conectarse desde su casa. No hay que pensar en desplazamientos o en la posibilidad de verse atascado en el tráfico o llegar tarde por haber perdido un autobús. En cuanto al material, el alumno no debe pasearse con libros pesados y los tendrá siempre a mano (¡pues es recurrente que un alumno olvide o pierda sus libros!). Asimismo el profesor también puede disponer de su material.
Elementos visuales: herramientas clave
Personalmente, siempre intenté hacer lo mismo en mis sesiones online que en las presenciales. Es cierto que podría estar limitada en cuanto a medios, pero hace poco un alumno me escribió y me dijo que recordaba muy bien de qué manera había logrado desarrollar vocabulario para comparar imágenes, ideas o experiencias: fue a través de unas extensas diapositivas que estuve produciendo durante varias horas. E igualmente las hubiera usado de forma presencial. La clave del formato online es el uso de muchos visuales: imágenes, diapositivas y videos.
Desventajas
Pero en esta modalidad la gran desventaja suele ser la misma: requiere una buena conexión a internet, además de un mínimo equipo con los accesorios adecuados: cámara, micrófono y altavoces. El hardware es la raíz de toda dificultad en el sistema online, pues a veces los alumnos no oyen bien al profesor dadas posibles interferencias o la inestabilidad de la conexión. Nuestra sociedad evoluciona inevitablemente y, por un lado, debemos estar preparados para ello y, por otro, debemos aprovechar sus posibilidades.
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