L@s profesor@s somos alumn@s
PARTE II: Las nueva tecnologías
[1] ¿Instaqué?
Cuando me estrené como ➜ English teacher, en el 2015, en seguida me di cuenta de que estaba desfasada. Siempre crecí pensando que era una pionera del mundo digital (mi generación vivió el salto de lo analógico a lo tecnológico: móviles, Internet, Bluetooth, Facebook, Twitter). Pero llegada esta década, no entendía nada de Instagram. Y menos todavía de los youtubers o los tik-tokers. Los alumnos me contaban cosas verdaderamente extrañas, me parecían de ciencia ficción (y bastante absurdas la verdad ¿guerras entre youtubers? Mother my...). Pero para mi era importante conectar con ellos, así que decidí abrirme una cuenta en Instagram. La verdad es que no entendía mucho; lo que en su día hubiera sido a piece of cake se había convertido en una odisea cibernética. Así que mi remedio fue contratar a una de mis mejores alumnas para que me enseñara. Ey, puedo fardar de que soy de las pocas personas (¿o la única?) que ha tenido una InstaTeacher particular. Gracias Patricia!
Fue entonces cuando aprendí… Los adolescentes saben mucho, y tienen mucho que decir, y pueden enseñarnos mucho más de lo que creemos.
[2] Clases Online 1: Sembrar y recoger
➜ Clases de inglés online. Han sido maravillosas. Sobretodo cuando sólo se ven recuadros negros en la pantalla y nadie contesta. A veces se enciende una cámara y ves a tu alumno más elegante sin peinar y en pijama. Otras ves a tu alumno más friki conectado con una cámara lateral mientras juega con su volante de Playstation en otra pantalla. Pero lo peor de todo es cuando empiezan a quitarte el volumen y sigues hablando sola. En cierta ocasión tuve que echar a un alumno porque no paraba de generar un ruido muy molesto de ondas retroalimentando el sonido del monitor y el del móvil. Y al volver a entrar a la sesión… ¡Me echó él a mí!
Fue entonces cuando aprendí… Un@ recoge lo que siembra.
[3] Clases Online 2: La venganza se sirve en un plato frío
➜ Clases de inglés online. Con niños. Otra maravilla. Son pequeños pero no tontos. Santi aprendió a silenciar el micrófono de la English teacher y lo hacía a menudo. Decidí no llamarle la atención y esperé el mejor momento para mi “venganza”. En la siguiente sesión, cuando los padres ayudaban a los niños con las pantallas, cámaras y demás, vi que la madre de Santi estaba en la escena. En ese momento dije alto y claro “Ok, kids, recordad las normas: no se puede silenciar ni echar a la teacher de la sesión ¿Ok Santi?” ¡Cómo me reí al ver sus ojos! ¡Parecían salirse de sus órbitas!
Fue entonces cuando aprendí… la paciencia siempre será nuestra mejor aliada.
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