L@s profesor@s somos alumn@s
PARTE III: La docencia está llena de sorpresas
[1] No tod
os somos iguales
En mi aula suelo tener imágenes de personajes históricos que representan valores humanos universales, tales como Maria Teresa de Calcuta, el Dalai Lama, Martin Luther King o Hellen Keller entre otr@s. Los más chiquitines (7 años) siempre tenían curiosidad por saber quiénes fueron estos personajes. Yo intentaba explicarles de forma muy básica qué hicieron cada uno en su contexto histórico y, sobre todo, qué aportaron a la humanidad. Hablamos de Wangari Maathai y sobre cómo defendió los derechos de las mujeres en África, lo que nos llevó a explicar que años atrás las mujeres no tenían derecho a votar.
Y Bruno se alteró “¡¿Cómo que no?! ¡Eso es injusto! ¡Pero si todos somos iguales! ”
Y David, con rostro muy reflexivo y muy tranquilo dijo desde el fondo del aula “Pero teacher Georgina, ¿Cómo podemos ser todos iguales? Yo tengo el pelo corto y oscuro, y Daniela tiene el pelo largo y rubio. No somos iguales”.
Fue entonces cuando aprendí… que no todos somos iguales.
[2] Adri
án
Una de las experiencias que más me ha marcado como English teacher ha sido la historia con Adrián.
Adrián tenía 7 años y un comportamiento que podría considerarse “asilvestrado”. Se pasaba toda la hora de clase gritando, corriendo de lado a lado, tocando y tirando cosas, llamando la atención, no atendiendo y provocando a los otros niños. Ralentizaba el ritmo y entorpecía las sesiones, pues otros cinco niños le seguían el juego. Era indomable. O casi indomable. Le observé unos días y entonces decidí que cada vez que tuviera un comportamiento inadecuado, en lugar de reñirle, le daría un abrazo. Pasados tres abrazos estaba sentado a mi lado, trabajando tranquilamente haciendo los ejercicios. Se sentó a mi lado durante dos meses y yo le seguía animando y reafirmando. En Navidad ya se sentaba solo en el fondo del aula, centrado con su material preparado y sin distraerse, siguiendo las instrucciones. Me llamaba cuando se perdía y se sentía orgulloso y satisfecho de estar aprendiendo.
Fue entonces cuando aprendí… que el amor lo vence todo.
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