La única diferencia entre un buen día y un mal día, es tu actitud, éste es mi mantra. Todos los días me levanto y tengo un post it con esta frase que por tonta que parezca, los días que me levanto con el pie izquierdo me ayuda a relativizar.
No nos cansamos de escuchar que la actitud es importante, pero.. ¿Por qué?
Y bien… actitud es predisposición ante la vida, tu actitud es cómo afrontas cada una de las cosas que te pasan en la vida.
Yo hoy voy a centrar la actitud a la hora de aprender y de enseñar, pero esta reflexión se puede extrapolar a cualquier otro ámbito de la vida.
Tanto en el papel de alumno como en el de profesor, podemos ver diferentes tipos de actitudes:
Por un lado tenemos la actitud “no, nunca, nada” esta es la típica en la que la mentalidad es negativa, como alumno va predispuesto a, yo no voy a prender nada. Ésta actitud está bastante extendida debido a las frases muy poco acertadas tales como: es que se me da muy mal, es que yo no puedo aprender… que predispone al no aprendizaje. Ésta misma actitud en el caso de un profesor son los típicos que usan también frases muy poco alentadoras del tipo: da igual las veces que lo explique porque no lo vais a entender, o dejadlo porque es imposible… en éste caso hace que el alumno pierda el interés totalmente a la par que crea frustración en sus alumnos y les baja el ánimo.
Por otro lado tenemos la actitud “lotería” es decir, a ver que toca. Ésta actitud se diferencia de la anterior en que sin tener cerrada la mente al aprendizaje, prejuzgas lo que te van a enseñar, estás en plan, a ver que dice éste… y si me encaja escucho y si no… todo lo que se salga de su perspectiva o no encaje , sobra. Éste es el caso del típico alumno que te está escuchando con cara de pocos amigos esperando a que digas o hagas algo que no sea lo que el considera oportuno para saltar. En cuanto al profesor, sería el que no admite que nadie de su opinión o simplemente diga algo diferente , que quiere borregos en vez de alumnos y no ayuda nada a la creatividad, ni tan siquiera a que pienses, basta con que estén y escuchen y hagan lo que él dice.
Por último tenemos la actitud “mente abierta” es la del alumno que está abierto a todo, que si haces una actividad u otra siempre participa, que se involucra, que pone ganas en lo que hace, que se divierte, que lo disfruta todo por pequeño que sea y hace de cada clase algo maravilloso. En cuanto al profe sería esa persona que ama lo que hace, que deja que sus alumnos sean participativos y creativos, que crea personas despiertas y con ganas de aprender, que se dedica a preparar sus clases y actividades para que sus alumnos aprendan pero sobre todo para que se sientan parte del proceso y lo disfruten.
Al final, sea cuál sea la actitud, si vas a aprender un idioma, las dificultades son las mismas, sin embargo, antes de empezar a estudiar un idioma si tu actitud es positiva y tu mente está abierta ya tienes el éxito asegurado, recuerda siempre que las cualidades de cada uno son importantes, pero es la actitud la que marca la diferencia.