Los chicos de Amityville, Long Island, Nueva York tuvieron un exitazo en el ocaso de los años ochenta en mi país con una canción de este título, que provenía de su álbum-hito de debut 3 Feet High and Rising, un disco cargado de samples de lo más inusitado para un disco del tal género en la época.
Y no se equivocaron. El número tres parece tener una calidad mágica y en nuestra cultura popular el tres está omnipresente. Hay tres cerditos, tres mosqueteros y estos tres tristes tigres tragando trigo en un trigal. Según otra canción solo habían tres cosas en la vida, salud, dinero y amor (aunque en inglés es health, wealth and happiness)... obviando el sangre, sudor y lágrimas de nuestro trabajo diario y (para las señoras por lo menos) los señores altos, morenos y guapos.
¡Sin hablar del pasado, presente y futuro!
En el mundo del deporte hay oro, plata y bronce; Liga, Copa y Champions y hasta el Un, dos, tres de Ibañez Serrador (donde sólo hacía falta ser un gimnasta mental para hacerse con el premio). Y en la iglesia hay treses a tutiplén: la resurrección de Jesucristo después de tres días, los tres reyes magos (the Three Wise Men en inglés, nada de “magic kings” por favor) y, como no, la Santisima Trinidad.
Una cierta seguridad a la hora de hablar
Un “desenganche” del vicio de procesar todo a través de la lengua materna
La voluntad de hacer el idioma parte de nuestro día a día, cada día
Estos tres ingredientes suman la fórmula mágica. Añade un poco de lectura para ampliar el vocabulario y otro poco de estímulo auditivo (podcast, la radio de la BBC, Netflix y companía en V.O.) y ya está.
O como decimos en mi país, Bob’s your uncle.
Así que, en las próximas tres entregas en castellano de este blog, explicaré los pormenores de cada uno de estos tercios tan pasados por alto de los métodos tradicionales de aprendizaje… cosas que nosotros en Oxinity tratamos de fomentar en nuestros estudiantes.