El viernes 3 de septiembre de 2021 hicimos un debate sobre el modelo de escuelas bilingües que se aplica en gran parte de las escuelas de la comunidad de Madrid, y muchas otras comunidades autónomas españolas.
El debate se hizo en modalidad abierta para que cualquier persona pudiera escuchar y participar. Tanto en el debate, como en la preparación de éste observamos una primera parte en la que se decantaba el problema hacia los profesores y un inesperado giro en la segunda parte hacia los alumnos.
El orden del debate se estableció de la siguiente manera:
Propuestas de resolución al problema identificado.
La dinámica del debate según el orden establecido, que se puede observar en vídeo del debate, fue la siguiente:
Contextualización y resultados: Ante la situación de la educación en España de una enseñanza bilingüe, comprobando los resultados PISA, se obtiene una deficiencia importante de los niños en comprensión lectora, síntesis de ideas y expresión escrita coherente y ordenada, en cualquiera de las lenguas aprendidas, para un rendimiento adecuado durante la etapa universitaria.
El problema: Vistos los malos resultados de los alumnos al acceder a la universidad, el problema no lo planteamos en si los niños saben más o menos inglés y si hemos mejorado el nivel de inglés con respecto a la situación anterior al modelo bilingüe, sino las preguntas que nos hacemos son 1. ¿a costa de qué? y 2. ¿podríamos conseguir mejores resultados mejorando el sistema o por el contrario debemos replantearlo?
Conclusiones del problema: En la primera parte del debate, lo mismo que nos ocurrió en la preparación, la definición del problema se centró en atribuir unos malos resultados dado el nivel de conocimientos de inglés de los profesores. Sin embargo, a medida que avanzó el debate se fue cambiando de opinión en 180º para llegar a concluir que los malos resultados que ofrece un sistema bilingüe no están en el nivel de inglés de los profesores sino ¡en el poco nivel de los alumnos!
Soluciones: El cambio de enfoque resulta determinante para establecer las soluciones al problema. Si el problema lo centramos en el nivel de inglés de los profesores, entonces se requiere un tipo de solución: más formación (que nunca está demás, y se debe seguir invirtiendo). Pero si el problema se define como falta de nivel comunicativo tanto oral como escrito de inglés en los alumnos, entonces se entiende mucho mejor lo que está sucediendo y podemos definir mejor qué medidas se deben aplicar para que un sistema de enseñanza bilingüe pueda funcionar: se requiere más formación a nivel comunicativo de los niños en la lengua del programa bilingüe.
Los modelos de enseñanza bilingüe no son malos, son tan validos como los modelos que no lo son. La diferencia entre un modelo que funciona y otro que no funciona, siempre está en el nivel comunicativo de los alumnos. Los malos resultados del sistema se basan en la pobre expresión y comprensión de los alumnos para poder asimilar y obtener un razonamiento crítico en las asignaturas impartidas. Pero no se trata de un problema individualizado de uno o varios alumnos -si un alumno sabe más o menos inglés, en el caso de la educación bilingüe en inglés- sino del conjunto de los compañeros. No sirve de nada que un alumno sepa mucho inglés si el resto no sabe. La solución tiene que ser colectiva. Los resultados de un sistema bilingüe serán mejores o peores en función del ¡nivel de inglés medio de todo el grupo!
Los Estados Unidos atraen talento mediante su sistema educativo en universidades. Atraen a los mejores profesores y a los mejores alumnos. Los profesores son eminencias en sus áreas. Los alumnos que demuestran grandes capacitaciones reciben becas de estudio. Un nivel de inglés alto se requiere al alumnado y no al profesor. Un buen profesor es capaz de ofrecer un conocimiento diferencial a los alumnos. Los alumnos deben tener un conocimiento de la lengua para poder interaccionar con otros alumnos con planteamientos críticos, y deben demostrar la adquisición de los nuevos conceptos enseñados. El nivel del idioma siempre debe estar en el lado del alumno y no necesariamente exigirle la misma competencia lingüística al profesor.
Sugata Mitra: Los experimentos y las conclusiones de Sugata Mitra en el campo de la educación infantil son un claro ejemplo de lo que se necesita en el enfoque propuesto para mejorar los resultados obtenidos hasta el momento en la enseñanza del modelo bilingüe.
“The experiment of the whole in the wall” Los niños se pueden enseñar a si mismos. VIDEO
“The child-driven education”: El auto aprendizaje con supervisión guiada. VIDEO
CONCLUSIÓN:
Para que un modelo de enseñanza bilingüe funcione, primero debemos cubrir las necesidades comunicativas de los alumnos, todos (a nivel colectivo), antes que la de los profesores. Si lo hacemos al revés, conseguiremos siempre los mismos resultados, los niños tendrán mejor nivel de inglés, pero en contrapartida, empeorarán en razonamiento crítico, capacidad de comprensión y desarrollo de ideas propias sobre contenidos enseñados.