
[1] Rubén + nada más que la verdad
Estoy en clase con mis alumnos de First Certificate for Schools, a quienes adoro. Este es mi tercer año como ➜ profesora de inglés con ellos y se respira un ambiente relajado y distendido, aunque no por ello trabajamos menos. Todos conocemos los límites de lo que se puede y no se puede hacer en nuestra aula: nos reímos y bromeamos pero siempre nos respetamos. L@s alumn@s están trabajando y me fijo que Rubén, con su cara inocente, tiene las manos bajo la mesa. Lentamente voy bajando la cabeza hasta llegar hasta las rodillas y… ¡Te pillé! Móvil entre mano y mano. Me ofrece el clásico “Sorry, sorry teacher” y nos reímos. Me encantan est@s chic@s.
Tres meses más tarde quedo con Javier para hablar sobre sus notas y su experiencia en clase (había sido su primer año con nosotros). Me explica lo contento y cómodo que ha estado y cómo ha percibido ese entorno familiar pero riguroso. No puede parar de reír y recordar anécdotas hasta decir “¿Recuerdas cuando pillaste a Rubén viendo fútbol en el móvil?”
Fue entonces cuando aprendí que… internet te permite ver lo que quieras, como quieras y cuando quieras. Verdad absoluta.
[2] Rubén + la participación
Una de las tareas más complejas para preparar a un alumno para ➜ aprobar el First Certificate Exam son los escritos (los famosos writings). Hay un total de 6, cada uno con su estructura, objetivo y tono particular. Intento que los alumnos sean creativos y apliquen una metodología adecuada para hacerles la tarea más fácil y poder sacar buena nota. No hay secreto: cuanto más se practique, mejor saldrá.
Mi querido alumno Rubén, entrañable y cariñoso.
Entregó su primer writing (un essay).
Entregó su segundo writing (una informal letter).
El tercero nunca llegó.
Ni el cuarto.
Intenté motivarle, persuadirle suavemente, pero al final dejé de insistir. Soy ➜ profesora de inglés, no madre.
Llegó el día del examen y ¡sorpresa! Tres horas antes de la prueba me llega un correo de parte de Rubén “Teacher Georgina, he hecho tres writings, espero que estén bien.” No pude parar de reir.
Fue entonces cuando aprendí que… lo importante es participar.
[3] Rubén + la amistad
Hay personas que pueden considerar a Rubén como mi alumno preferido. Pero no es así. Debo apreciar y amar a tod@s mis alumn@s, si no jamás me consideraría buena ➜ profesora de inglés.
Pero volvamos a Rubén, quien me ha brindado experiencias verdaderamente únicas. Como comentaba en el relato [2], Rubén se rige por el mínimo esfuerzo (aunque recientemente me ha comentado que está mejorando). Bien, pues llegó su nota final. Y la cosa no fue bien. Pero había una posibilidad para mejorar: obtener un 10% en concepto de evaluación continua. Obviamente no se lo pude dar, pues no había hecho gran esfuerzo durante el año. Hablamos sobre sus resultados y me rogó y rogó ese 10% a lo cual se desarrolló una conversación larga y tendida sobre por qué no se merecía ese incremento.
“Pero a ver Rubén ¿por qué debería darte ese 10%?”
Y su respuesta fue “¿por la amistad que nos une?”
A lo cual yo no pude evitar responder: “Vale, pero por esa regla de tres, por la amistad que nos une, podrías haber aprobado ¿no?”
Fue entonces cuando aprendí que… amar a alguien no es darle lo que quiere sino lo que necesita.
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